Ayer por la noche, día de Navidad, me dispuse a ver con toda mi atención la segunda parte de Piratas del Caribe, una película que había visto en el cine hará 3 o 4 años y con la que había disfrutado mucho. Me había entretenido, me había divertido, me había hecho reír y todo ello con una gran dosis de acción y de cine de aventuras, equiparable al mejor Indiana Jones. En definitiva, una buena película.
Pues bien, la segunda parte de este film tiene todo lo que tenía la primera parte (a Johhny Depp en plan pirata medio gay, mucha acción, a Jerry Bruckheimer de productor (lo cual redunda en lo de 'mucha acción'), gags y diálogos cómicos ...) excepto buen cine. No me entretuvo, no me divirtió y no me hizo reir. Eso sí, acción por un tubo. Pero la mayor parte de las escenas de acción son innecesarias y excesivamente largas.
La primera media hora no tiene relevancia alguna en la narración. De hecho, creo que toda la película carece de relevancia en la narración. Esto último lo digo porque la película se creó como un puente, un largo puente, entre la primera parte y la tercera (y última). Es decir, esta película carece de final.
Me podréis decir: "vale Dani, como en las dos primeras de El Señor de los Anillos", a lo que yo respondo: "No. Las dos primeras de El Señor de los Anillos me entretuvieron, me divirtieron y me hicieron pasar un buen rato (varias veces)"
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