"En pocos años, Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.<>
"Macondo estaba en ruinas. En los pantanos de las calles quedaban muebles despedazados, esqueletos de animales cubiertos de lirios colorados, últimos recuerdos de las hordas de advenedizos que se fugaron de Macondo tan atolondradamente como habían llegado."
Entre estas dos afirmaciones transcurren cien años. Cien años de vida de Macondo y de los Buendía, cuyo patriarca, José Arcadio Buendía, es uno de sus fundadores. Cien años de soledad de esa estirpe narrados por Gabriel García Márquez en la que dicen es la obra cumbre del realismo mágico. Yo eso no lo sé. A lo mejor, en unos años me atrevo a mojarme después de haber investigado un poco más sobre el tema. De momento, lo que sé es que me gustó.
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